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sábado, 7 de diciembre de 2013

Evolución de chica punk noviembre 14, 2013 slide-decal-dacunha

Espiritual y todo terreno, esa creo es la mejor manera de definir a Virginia Da Cunha. Se hace inevitable decir que su explosión mediática le llegó cuando formaba parte de Bandana, aunque la realidad es que de aquella chica, o la imagen que daba de ella, poco o nada queden ahora. El fin de la banda significó el comienzo de un camino mucho más personal que la llevó a una vida de naturaleza, deportes extremos y música californiana. Además de desplegar su carrera como compositora y líder de V, banda que comparte con su hermano, también suele desarrollarse como modelo y actriz de cine y televisión. Desde una isla cercana a Hawaii, entre palmeras y haciendo malabares para conseguir un WiFi digno, esta es la charla que compartió con DECAL. ¿Qué balance hacés del año? Queda mucho por vivir aún de este 2013, pero por ahora ha sido un año clave después de una profunda transformación y limpieza, donde pude ordenar mis prioridades y por ende mi energía. Fue un tiempo en el que aprendí a disfrutar más cada momento sin estar con mi mente en otro tiempo o lugar; donde al poder conectarme con la tierra pude estar más receptiva y empecé a sentir la cosecha de tantos años de mucho esfuerzo por formarme y ser consistente como artista. Por suerte hice de todo, estuve en escenarios, televisión, cine, viajé por el interior y el exterior, me mudé… y sigo vislumbrando movimientos tan grandes que no tengo idea dónde voy a terminar leyendo esta nota. Gran parte de tu tiempo lo destinás a tu grupo V que se desprendió del proyecto anterior Virgin Pancakes. ¿Cómo fue ese cambio? V es la evolución de Virgin Pancakes, los mismos integrantes que con el pasar de los años fuimos madurando, buscando reflejarnos en un sonido menos teen y rebelde, más moderno y simple. Así fue como nos fuimos acercando cada vez más al pop electrónico y se terminó de concretar con la oportunidad de trabajar junto a Popart, quienes propusieron un cambio de imagen y de nombre para la mutación que ya claramente se venía gestando. ¿La evolución de la industria discografía es algo positivo para las bandas independientes? Sí, creo que el hecho de que la industria ya no tenga el monopolio de direccionar, producir y promocionar artistas es muy positivo para la proliferación de bandas independientes y sonidos diversos. Hoy en día hay muchos caminos y está en la constancia y creatividad de cada uno en sacarle provecho. En algunas entrevistas leí que decías que en Bandana tenías que cumplir un rol diferente a tu imagen y filosofía. Entonces, ¿cómo describís esa imagen y filosofía tuya? En Bandana necesitaban definir un personaje estético especifico para cubrir cinco perfiles bien diferentes, y el perfil de Barbie, aunque a primera vista parece calzarme muy bien, estaba bastante alejado de mi verdadera fuerza. Soy una persona de filosofía guerrera, que cuestiona cualquier cosa que limite la libertad. Una filosofía muy conectada a la maestra más grande que he tenido, la naturaleza, donde todo es posible si uno aprende a alinearse con la energía de los ciclos y respetar el tiempo de los procesos sin atajos, integrando luz y oscuridad sin juzgarlos como buenos o malos sino como fuerzas complementarias que nos hacen trascender cualquier nombre, género o clasificación que nos den. Mi filosofía es ser consciente del infinito potencial que tenemos. De todos modos, muchos valores que hacían a Bandana como la unión entre nosotras y el agradecimiento hacia el público tienen total afinidad con mi concepción de la vida. Con el tiempo te animaste a ir mostrando más tu cuerpo. ¿A que se debió ese cambio? A crecer, a experiencias genuinas que te llevan a derribar miedos, pudores. Se debe a esta conexión que fui teniendo con la naturaleza y personas que vibran así, después de muchísimos años de intelectualidad que solo me ponían tensa y fría. ¿Qué importancia tuvo en tu formación musical haber vivido en Estados Unidos y haber estado tan cerca de la movida de los deportes extremos? Tuvo una importancia vital, esa experiencia resonó en mi alma de una manera tan perfecta que en algún momento tenía que volver. En ese viaje me sentí inmensamente feliz, y la música que sonaba entorno a esa movida de deportes, naturaleza, diversión, autenticidad, trasgresión fue la que puso la semilla de Virgin Pancakes. Practicás surf, snowboard y todo lo que incluya una tabla. ¿A qué se debe tanta pasión por estos deportes? La mayoría de los deportes de tabla tienen conexión directa con la naturaleza, para poder practicarlos uno tiene que aprender a leerla y adaptarse a sus movimientos. Esos momentos en que uno se integra a sus fuerzas, se deja llevar o se resiste para después soltarse a donde te lleve es una sensación inmensa, te llena el alma y te vacía la mente. ¿Cuál fue el mejor lugar donde surfeaste? El mejor lugar… hay varios, pero me quedo con el último en el que estuve hace poquito tiempo, Hanalei Beach en Kauai. La isla más alejada del archipiélago de Hawaii. Surfié las olas más grandes de mi vida y pude hacerlo por lo perfectas que son, la suavidad con la que rompen, su longitud. Ahora, aquellas en las que me caí, tardé tanto en salir a la superficie y rocé tantas veces el coral del fondo que pensé que no sobreviviría.

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