Noticias: ¿Hubo un detonante?
Da Cunha: No, si realmente supiera por qué me separé, tal vez lo hubiera solucionado. Supongo que con el tiempo me daré cuenta y veré qué significa y si podemos volver o no. Por ahora toda mi energía está puesta en el trabajo y estoy disfrutando mi soledad y mi libertad.
Noticias: ¿Cómo es, entonces, su vida hoy cuando baja del escenario?
Da Cunha: Soy muy disciplinada y autoexigente. Me levanto temprano, hago mis respiraciones, mando mails o escribo, voy al gimnasio, tengo reuniones a la tarde… Soy muy artífice de todo lo que hago, aunque controle todo al punto de enfermarme.
Noticias: ¿Es perfeccionista?
Da Cunha: Demasiado. Además, con Virgin Pancakes me acostumbré a ponerme todo al hombro. Quisiera aprender a delegar, porque al final estoy siempre estresada y no disfruto nada. Aun estando en el escenario, estoy pensando si los chicos que me están esperando en la puerta entraron, en el sonido, en el público…
Noticias: ¿También es así en lo personal?
Da Cunha: Sí. Todo tiene que tener un resultado productivo, no puedo hacer nada porque sí. Es un gran problema, pero lo estoy tratando de cambiar. Por caso, dejé clásico y me pasé a kick boxing y dejé jazz y comencé hip hop. Son disciplinas más sueltas y no tan rigurosas…
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